Este es un articulo bajo la autoría de Juan Rangel, ha sido publicado en la Revista Ellas, del Periódico La Prensa, a continuación te compartimos la versión extendida de dicho artículo
El pasado 19 de noviembre se conmemoró y celebró el día del hombre y seguidamente se conmemoró el 25 de noviembre el día internacional de la lucha contra la violencia de la mujer.
El día del hombre no busca ser el homónimo del día de la mujer o en otras palabras, un día para los que dicen que si hay un día de la mujer, también debe haber un día para el hombre, No! El día del hombre se celebra más bien como una campaña que busca hablar de temas que nos afectan y que como parte de esta cultura machista y patriarcal en la que vivimos, dejamos de lado, cosas como: el sentir, el expresar, el demostrar afecto, miedos, frágiles, el ir al médico, el cáncer de próstata y testicular, la salud mental, entre otras cosas.
Toda esta cantidad de elementos que socialmente son aceptadas, permitidas y dictadas para uso de la mujer, a muchos hombres se les ha negado y cercenado desde que nacen, trayendo como resultado un sin número de actitudes agresivas y represivas que llevan a muchos a grandes cuadros de depresión, maltrato, abusos de sustancias y alcohol y en muchos casos el suicidio. Por esto la importancia de hablar sobre la masculinidad.
Desde hace un par de años la frase nuevas masculinidades o masculinidades positivas ha ido penetrando la redes sociales, hasta hace pocos años, era muy poco común escucharla. Por eso hoy te damos un abrebocas de lo que significa, representa y buscan las masculinidades positivas.
La tan famosa generación Mileniall y sus sucesores los Centeniall, se han caracterizado por cuestionarlo absolutamente todo… Algunos han emprendido un camino de autoaprendizaje y desaprendizaje también, han decidido dejar atrás tantas concepciones, ideas, estereotipos de género, mitos, “verdades”, constructos sociales que venimos añadiendo al carrito de compras a lo largo de nuestra vida, sobre el sexo/género.
Y es aquí en donde nos cruzamos con las nuevas masculinidades o masculinidades positivas.
Haciendo un poco de historia y también para asentar un punto de partida, los movimientos feministas fueron claves para cuestionar el concepto género, para de esta forma de-construirlo, co-construirlo y analizarlo desde una perspectiva que permitiese la comprensión de las desigualdades entre hombres y mujeres, entre las que cabe destacar la subordinación y la desigualdad de posibilidades que las mujeres enfrentan. Estos movimientos permitieron que un problema, antes invisible, se reconociera y se discutiera en ámbitos antes inesperados tales como los espacios políticos, religiosos, sociales, escolares, sanitarios entre otros.
“Raewyn Connell”, socióloga australiana, es considerada la madre de las masculinidades, de ella parte el término masculinidad hegemónica.
La masculinidad no es un objeto dado, como un traje ya confeccionado que los sujetos machos de la especie humana vestirán, sino que se construye, se aprende y se practica en el torrente del devenir cultural, histórico y social. Desde este punto de vista, se encuentra vinculada al terreno de la acción y del movimiento, y no al escenario de lo estático y lo predeterminado. (https://www.unicef.org/masculinidades.pdf)
“La masculinidad hegemónica, tradicionalmente, es un tipo de masculinidad que se asegura de mantener un orden de género claro de dominación sobre las mujeres. Pero también de represión y control sobre otros tipos de masculinidades”, explica Lionel S. Delgado, sociólogo y filósofo. Es importante entender que la masculinidad hegemónica cambia con el tiempo, y que no son iguales los valores masculinos de hace 50 años y los de ahora. “¡Incluso las películas de súper machos de los noventa nos chirrían hoy en día! Lo importante de la masculinidad hegemónica es que, aunque cambien sus contenidos, su función de custodio del orden de género se mantiene”, indica Lionel. (Citado de https://amecopress.net/Nuevas-masculinidades-un-concepto-y-un-proceso-marcado-por-el-desconocimiento)
Podemos decir que las nuevas masculinidades o masculinidades positivas proponen replantear la idea de masculinidad y desaprender los roles de género adquiridos durante toda la vida y perpetuados a lo largo de siglos.
Las formas de ser hombre o la masculinidad, es algo intrínsecamente ligado a la social, la masculinidad hegemónica, ha dictado siempre la norma de cómo debe comportarse un hombre, esto ha ubicado a la mujer como la principal víctima de este comportamiento, pero también ha hecho al hombre además de opresor, víctima de sus propios actos, este sistema o código de hombría, le ha negado y suprimido al hombre la facultad de sentir, de conectarse con sus emociones y la de los demás, galopando avasallante sobre los más débiles, las mujeres y por supuesto otros hombres.
Sabiendo esto, podemos decir que las nuevas masculinidades o las otras formas de ser hombre, buscan encontrar al hombre consigo mismo, hacerlo consiente de lo que siente en materia sentimental, derechos y privilegios.
Esta corriente, que no podríamos llamar del todo nueva, porque a lo largo de la historia siempre han existido hombres disidentes, que han ido contra marea, nace o se estudia a partir de inicios de los años 70 del siglo pasado, gracias a los movimientos socio-culturales y políticos que estremecían al mundo, entre ellos la nueva era del feminismo, que vio que parte de la problemática generalizada que aquejaba las mujeres, para encontrar la igualdad en el mundo, era la forma en la que “el hombre era hombre”, naciendo así el interés en que se abriera el espacio para que los hombres, en aquel entonces llamados profeministas, pudieran empezar a explorar este mundo hasta ahora desconocido por ellos.
La sociedad en la que vivimos hoy en día podríamos decir que nos presenta una cantidad variada de formas de ser hombres, ya sea por cultura, geolocalización, religión, orientación sexual, hoy podemos ver cómo el hombre se ha ido adaptando a los cambios de su entorno y la tecnología, algunos más abiertos al cuestionamiento, otros más prestos a ser aliados en la lucha por la igualdad y la equidad y también están quienes se resisten a perder los privilegios que gozan al perpetuar la masculinidad hegemónica.
Podemos ver algunos ejemplos de distintos tipos de masculinidades:
Masculinidad hegemónica de la que tanto se habla, sus integrantes se caracterizan por ser personas importantes, independientes, autónomas, activas, productivas, heterosexuales, y a nivel familiar, proveedoras y con un amplio control sobre sus emociones. De estipo de masculinidad podriamos derivar otros como masculinidad subordinada, el machismo, los micromachismos, que a su vez son comportamientos o actitudes inculcadas de una generación a la otra, por ejemplo siempre se escuhan cosas como: “Los chicos no lloran”, Fútbol y ropa azul: cosas de chicos, “Cómo no va a querer sexo, ¡si es un tío!”
Por otra parte tenemos la masculinidad alterna o positiva, algunos hombres, al analizar las masculinidades anteriormente señaladas, han llegado a la conclusión de que no desean ejercer ninguna de ellas; que, por el contario, están dispuestos a analizar y elegir otras conductas, características y actitudes nuevas. De ahí que actualmente haya hombres que toman lo bueno de una y otra forma, obteniendo la posibilidad de elegir cómo relacionarse con otros; reconociendo que la relación no debe ser necesariamente violenta ni implicar atracción sexual; respetar el derecho a definir la preferencia sexual; asumir que los hombres tienen derecho a experimentar los mismos sentimientos que las mujeres y de igual forma evaluar positivamente la amistad entre hombres.
Las masculinidades positivas son un ejercicio que como hombres deberíamos poder hacer todos, sin importar nuestra orientación sexual, credo, cultura, origen, raza. Es regalarnos la oportunidad de convertirnos en agentes de cambio y poder ayudarnos a nosotros mismos y a nuestra generación y sociedad a avanzar hacia un mundo más igualitario y más equitativo.
Hay diferentes formas de ser hombres, unos más sentimentales, unos más orientados al cuidado, a otros les gustan los chicos o vestirse con faldas, otros son deportistas, unos fuertes, otros más débiles, otros son padres, otros no quieren serlo y está bien, nadie debe definir cómo debes ser hombre, no cargues ese peso de ser siempre fuerte, frío, enamoradizo, luchador y estar constantemente recalcándolo con actos que agredan a otros y sobre todo a ti mismo, libérate de ese yugo y explora formas más sanas de ser hombre.
Si te interesa saber más de este tema, te recomiendo que indagues en la web, donde podrás encontrar mucho material, para leer, ver y escuchar.
También puedes unirte a las charlas de los chicos de “Masculinidad Por Equidad” aquí en Panamá, donde tocan estos temas y te pueden ayudar en ese viaje.
Espero regresar pronto con algún otro tema interesante para ti y que poco a poco podamos ir creciendo y deconstruyendonos juntos.